sábado, 2 de noviembre de 2013

Otra vez La Habana

Tener relaciones imperceptibles con gente imperceptible, es lo más hermoso del mundo, dice Deleuze en una entrevista.

¿Qué necesitas para vivir?

Desolación.

Nostalgia sin tristeza.

Miedo a regresar, y obligación-deseo de hacerlo...

Nuestra vida es el único y verdadero gesto que importa, por encima de cualquier ideología --si por fin las ideologías existen--.

Lo dijo Cabrera Infante: Habanidad de habanidades, que todo es habanidad...

Salir y entrar, construir un territorio...

Te descubrí. ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Te descubrí?

Di contigo.

En el fin del mundo...

En un pliegue inventado...

En una furia y su tristeza...

En mi cuerda de ahorcado...

En esa canción, en esa canción...

El mundo convertido en La Habana...

La Habana dibujada sobre la soledad del mundo...

No te vayas.

Regresa siempre.

Amaga amada amarga.

Haz real lo imaginario, y al revés.

Intensidad de lo finito por ilimitado y contiguo.

Poblar nuestra soledad. No llenarla de fantasmas sino poblarla con ese pueblo que vendrá.

Vida y escritura.

Nuestro devenir imperceptible.

Un trazo. Una singularidad.

Una brizna. Ser nadie. Ser nada.